Bar La Cabra nació con una idea muy simple: que comer bien y pasarlo bien deberían ser la misma cosa. Nada de formalidades, nada de postureo. Aquí vienes a reír, a disfrutar y a sentirte como en casa, aunque la casa tenga un toque de locura y una cabra por bandera.
Nuestra carta es corta, pero tiene lo que importa: croquetas que crujen, bravas que despiertan, rabas que alegran el alma y un Cabra Roll que ya es casi una leyenda urbana. Somos el sitio donde el menú del día se mezcla con las risas del pintxopote, donde los perros tienen fans y los clientes se vuelven amigos.
Así somos: espontáneos, alegres y un poco cabras.
Y por eso decimos que en Bar La Cabra no solo se come: se vive, se ríe y se repite.